Los domingos los feligreses salen contentos y felices de su iglesia. Seguro que sin remordimientos, con sus pecados los cometidos de lunes a sábado quedan perdonados y limpios para cometer más.
El señor párroco, tras una breve escudriñamiento en la vida personal (ellos les llaman confesión) les perdona todos los males: Si pegan, si estafan, si se masturban, si se acuestan con el/la vecino fuera del sagrado vinculo conyugal (creo yo que serán pocos o pocas lo que lo confiesen por no aguantar el sermón), si roban, si matan, todo queda perdonado. Ese perdón debe dejarles la conciencia tranquila y lista para que esta pueda volver hacer de las suyas, porque cada uno es como es y eso es difícil de cambiar.
Esa verborrea dañina, que siglos tras siglos se ha ido perpetuando,siglo tras siglo, y llevamos 20, ha subsistido porque se ha aliado con los poderosos, con los dictadores, con los opresores y teniendo como excusa los pobres (pobres como su patrimonio). Esa verborrea ha perturbado el desarrollo de la humanidad.
En la que nos metió judas,(si este existió, sí hizo lo que hizo, y porque lo hizo). El tiro le salió por la culata. Los listos de Pablo y Pedro (menudos artistas, algunos expertos del marketing deberían estudiarlos) subieron aprovechar la oportunidad… y mirad hasta ahora.
Pensad que seriamos no sin dios, sino sin los curas.
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