
Muchos cayeron y solo querdaron en la memoria de unos niños, de mujeres, de hermanos y primos mientras los asesinos celebraban la victoria. El dolor quedaba en un segundo plano por que lo primero era sobrevivir. El tiempo ha pasado y pero no ha pasado el recuerdo de la familia y de los que comprendemos que aquellos que fueron ejecutados deben de tener una fosa honrosa entre los nuestros y no en cualquier sitio olvidados. Tenemos el derecho, como ciudadanos a exigir que se resarzar su memoria, ya que dieron su vida por la libertad.
A Garzon le quieren juzgar por dar dignidad a nuestros muertos. Mi apoyo para él y mi gratitud para sus buenas intenciones.
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